Hay veces una piensa que ya nada ni nadie le va a sorprender, y zas!! aparece alguien que si lo hace.
Duna es una de esas personas, que sin ni siquiera haber visto mi careto en directo, ni haber tocado un sólo pañuelo con sus manos, me confió el trabajo de sorprender a su madre y sus abuelas.
Le gustó uno de mis pañuelos el de las carpas, que no tenía nombre hasta que ella se lo dio, para mi simplemente eran peces, y me lo encargó para su madre y para sus abuelas le gusto el bambú, definimos nuevos colores para para las carpas y los tamaños adecuados, ya que yo los había hecho en pequeño.
Después de un par de contratiempos, terminé los pañuelos y por lo que me ha contado su regalo tuvo el éxito esperado, así que ella contenta y yo más!
Para mi es una satisfacción que alguien pague por algo que yo hago con mas o menos éxito, sólo me queda darte las gracias por la confianza que depositaste en mi sin conocerme GRACIAS DUNA.
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